HUMAN LANDSCAPES, Winzavod Center for Contemporary Art.
Paisajes humanos Fotografía Contemporánea Argentina
Luis Abadi / Florencia Blanco / Alejandro Chaskielberg / Laura Glusman / Nicolás Janowski / Gonzalo Maggi / Rosana Schoijett
Curador: Andrés Duprat
Paisajes humanos presenta un abordaje múltiple de diversos aspectos de la idiosincrasia y la geografía argentinas a través de la lúcida mirada de siete artistas visuales contemporáneos. No se trata de un conjunto homogéneo de obras sino más bien del intento por mostrar los complejos modos de habitar el territorio a partir de la articulación de diferentes búsquedas estéticas.
La puesta en serie de estas obras fotográficas proporciona un panorama heterogéneo que demarca territorios subjetivos. El accionar del hombre ha signado con su impronta el paisaje natural, y sus rasgos son el punto diferencial que convoca la visión de cada artista. Así, grandes urbes como Buenos Aires, capitales de provincia como Salta, en el norte del país, o la vida isleña del río Paraná, no son aquí presentados como meros paisajes para la fruición turística sino como escenarios de una geografía social en la cual los habitantes modulan la naturaleza con sus modos de vida, sus actividades, sus ansias, sus costumbres y sus creencias.
Si bien es cierto que las escenas propuestas son definitivamente argentinas, sin dudas poseen también una cualidad universal que trasciende sus rasgos específicos dejando traslucir aspectos universales de la condición humana.
La elección de artistas que trabajan con la fotografía resulta pertinente puesto que ese dispositivo estético posee una doble direccionalidad: como documento del mundo y como elocuente construcción de la mirada del artista. La exposición presenta entonces un amplio panorama poético de la Argentina, a la vez de permitir asomarnos al universo personal de cada artista a través de sus obras, que operan como puerta de acceso a sus intereses, sus búsquedas, sus preocupaciones y obsesiones particulares.
Rosana Schoijett
A su reflexión sobre la soledad humana en contextos urbanos, Rosana Schoijett la propone bajo la forma de la demora. En sus obras, cuyas escenas poseen la magia y la potencialidad de los comienzos de los buenos relatos, congela a sus sujetos en diversas situaciones cotidianas teñidas con una misma atmósfera silenciosa, estática y contemplativa.
Sus escenas transmiten una sensación ambigua entre el desasosiego y la placidez. Por un lado podrían leerse como situaciones de cierta angustia y soledad, tiempos muertos que denotan la vida enajenada de la ciudad, pero a la vez pueden percibirse como momentos de pasaje, de posibilidad de acceso a otras realidades, como destellos de una inadvertida y modesta felicidad.
La artista se mueve sutilmente entre ambas definiciones sin hacer prevalecer ninguna, señalándonos que quizás se trate de realidades complementarias. Sus obras condensan a su manera la complejidad de la existencia, con sus luces y sus sombras, insinuando el difuso límite que divide lo cotidiano de lo extraordinario.