Papeles salvajes vs. semiótica del rostro

Por Alejo Campos

«Asumiendo la máscara (o como dice Jung, la persona) hasta que modela toda nuestra conducta y nuestra expresión: no hay nada que supere la plasticidad del hombre -a excepción, claro, de la de la mujer».

Inhallable Max Ernst, nadie mejor que Max Gómez Canle para presentar Impresión: preciosismo perverso. Rosana Schoijett interpela, con sus papeles-pantalla, el hábito de leer “emociones representadas” en imágenes, velando las caras y casi todo vestigio de expresión inter-calando viejas páginas impresas –papeles vintage ocultando los visages. Para volver inhallable el gesto de cejas y bocas, hace cortes de una precisión acobardante con bisturíes y tijeras para cutícula: herramientas idóneas para dejar apenas rastros de una mano o un labio tapados por plumas, pétalos o pliegues de telas. El montaje de esos papeles queda fijado por unas también precisas puntadas rojas -¡hilo rojo!- tratando al papel como película (piel sustituta), produciendo convexidades leves y contactos tácticos.

En el trato con Max GC puede haber una genética; otra, en el uso de hojas impresas de calidad, recuperadas de libros de arte y natural history requisados en bibliotecas familiares o de saldos. Conocí a gente que trabajaba con papel: le quedan marcas pequeñas parecidas a las puntadas rojas que se ven aquí (cortes=cicatrices), porque en la diaria manipulación el filo del papel lastima, y la celulosa retarda la cura.

Fina retratista ambiental, RS muestra suspicacia hacia la proyección entre “máscara (social) y cara” (Gombrich): en Temporada probó que nuestro universo imaginario ilustra mejor el temperamento que una sonrisa; en Kiosco hizo su experimento Kulechov, poniendo su propia máscara simpático-mimética como la cara de la groupie, la asistente o la amiga, de acuerdo al famoso corretratado. Ese quizá recelo hacia la expresión se vuelve en Impresión, broma antifisonómica que alcanza aún a los animales -una venganza graciosa contra las teorías tipo Le Brun- y solo se salva la silueta.

En la apertura, RS hizo una discreta perfomance: llamó al público próximo y descolgó un par de plaquetas, mostrando el reverso (protegido también con vidrio, montado con la misma precisión furiosa): sostenido por los tensores continuos de hilo rojo -como marionetas planas- ahí se dejaba ver algún rostro. Después los volvió a colgar, ocultando la mitad del trabajo -que de todos modos asoma por los bordes de las superposiciones de papel como una latencia perturbaDora, como un goce sigiloso. Super-Posiciones: ese mismo día leo http://www.pagina12.com.ar/diario/psicologia/9-152823-2010-09-09.html

Ramona, revista de artes visuales online, septiembre 2010. Artículo en línea.