La Voz del Interior, o la ciudad a través de sus señales

Por Augusto Zanela

En 1959, bajo un título que se preguntaba si era posible conocer una ciudad a través de sus señales, el célebre fotógrafo W. Eugene Smith publicó en la revista Photography Annual una parte de su monumental ensayo “Pittsburgh”, y acompañó las fotografías de la señalética de dicha ciudad con una serie de interpretaciones personales sobre los mensajes que podían invocarse en los carteles de las intersecciones de las calles*. La serie de fotografías de Rosana Schoijett “La voz del interior”, donde registra carteles comerciales luminosos dispersos en la noche urbana, además de abordarse desde otras perspectivas, se presta para desarrollar un ejercicio interpretativo similar.

Por un lado, cuando nos remitimos a los textos de las gráficas registradas, encontramos la posibilidad de asociarlos con una composición de poesía concreta, ensayo textual donde la palabra adquiere, además, rasgos visuales distintivos, “o sea, la organización de un poema según criterios gráficos que enfatizan la materialidad de la palabra, sus valores plásticos y sonoros: poesía para ser vista y oída**”. En esta parte del ejercicio, reuniendo en una de sus posibles combinaciones las palabras y frases sueltas, nos encontramos ante un texto que inicialmente adopta un tono imperativo, como si de una urgencia se tratara, y cita:

“Dime (una) aspiración vital/ ilusión (que puebla los) sueños: (ser) libre, encender las luces, (reencontrarse con) agua, aire, flores y plantas, (como) centro de belleza***”.

Sin embargo, el mensaje cifrado, a raíz de su conformación, adopta veladamente un tono irónico, y pareciera parodiar los tópicos de la new age, ese cóctel espiritual que aparece en las últimas décadas del siglo XX promulgando un retorno a los valores naturales como reacción a la sociedad de consumo, y de la que apenas se pudo despegar. Por otra parte, el tono paródico de este mensaje se afirma desde el título de la serie, que citando el nombre del conocido diario cordobés, remite al estado de conciencia, esa voz que desde nuestro interior reclama una reflexión sobre los valores naturales de la sociedad.

Desde el aspecto técnico fotográfico, la condición de exposición, considerada para la luz de los carteles registrados, sumerge al entorno de la gráfica en un estado de semipenumbra que relega los detalles, y aísla el mensaje. Esa condición de texto-luz la recupera presentando esta serie en pequeñas fotografías retroiluminadas, backlights que aportan la iluminación que caracteriza la gráfica urbana nocturna.

Tomando en cuenta la fecha de producción podemos entender, además, que fue realizada en el momento en que nuestro país estrenaba el siglo sumergido en una de las peores crisis económica e institucional de su historia. Esto afectó profundamente la producción fotográfica local, teniendo en cuenta que uno de los géneros que más se vio condicionado fue el de la fotografía nocturna: la idea de trasladarse por la ciudad con el equipo, sobre todo para hacer este tipo de tomas de largas exposiciones, que exige inmovilizar la cámara, se tornó impensable. Así, pensado desde las condiciones de realización de la obra, el tono paródico se convierte en enunciado crítico, y de este modo podemos concluir sobre la hipótesis del principio e imaginar que la voz del interior, nuestra voz interior, es la que nos guía a conocer la ciudad a través de sus señales. A.Z.

* Trough its signs, to know a city?, 1959 Photography Annual.
** “De olho na poesia”, Omar Khouri, http://www.imediata.com/BVP/texts
*** Las palabras inscriptas en los paréntesis son agregados a las que pertenecen originalmente al ensayo.

Febrero de 2004.