Lovecraft presenta

Por H.P. Lovecraft

Durante una conferencia de Sir Carlos Amorales en los claustros de la Universidad Torcuato di Tella en Buenos Aires en 1936, en la que sostuvo que las culturas precolombinas fueron una invención literaria mía, basando tal argumento en que aquellas culturas tienen un aspecto de extrañeza equiparable al terror cósmico desarrollado por su servidor, la decimonónica fotógrafa Mme Schoijett miró a través de su cámara mi perfil (proyectado en la pantalla del cuarto de conferencias) y el del barbudo artista mexicano. En el encuadre de su catalejo, por un fugaz instante, nuestros perfiles se alinearon presagiando el engendro retiniano que usted presenciará a continuación…

La emoción más antigua y más intensa de la humanidad es el miedo, y el más antiguo y más intenso de los miedos es el miedo a lo desconocido, pocos psicólogos pondrán en duda esta verdad. El atractivo de lo espectralmente macabro es por lo general escaso porque exige al espectador cierto grado de imaginación y capacidad para desasirse de la vida cotidiana. Son relativamente pocos los que logran sustraerse al hechizo de la rutina diaria para responder a las llamadas del exterior. ¿Es usted uno de estos privilegiados?

Obras ejecutadas una a una por estos dos autómatas hispanohablantes bajo la dirección maestra de un fantasma sajón ¿son acaso únicas en la historia del arte? ¡pues no! Los albores de la imagen de horror, que como es bien sabido por los expertos se sitúan en las fétidas profundidades de las montañas de la locura, forman parte de una larga tradición precursora del arte político hecho por mediums de salón. Ejemplos sobran, sin embargo mencionaremos solamente los más controversiales: el malhadado Sir Richard Saul Broid y su legendario pergamino oscilatorio, el plasma planctoniano invocado por los sirvientes de Mme Louise Zurbano en el Chaco Argentino Paraguayo o el sistema Kermesiano redescubierto por Lautaro de Mendoza ante la inminencia de su propia extinción. Así inscritos en esta larga aunque tristemente célebre tradición militante, los cazafantasmas Schoijett y Amorales hacen entrega de la colección de obras aquí reunidas para la perturbación de las facultades del ente racional del nuevo mundo.

Esta desesperante exhibición le transportará a través de un sinnúmero de collages, fotogramas, siluetas y filmes mudos de espanto a un universo donde el culto a la artesanía es un susurro en las primigenias tinieblas del cuarto obscuro y es el aullido de la impresora robótica del abominable hoy en día.

¿Hay acaso más preguntas?

Medianoche, 11 de Noviembre del 2011. Residencia de Vista Hermosa, Oaxaca, México.

Texto para la exposición Lovecraft, Centro Fotográfico Manuel Alvarez Bravo, Oaxaca, México, Noviembre 2011.